000 | 03574nam a22001817a 4500 | ||
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999 |
_c4681 _d4681 |
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020 | _a978-968-24-7271-8 | ||
082 |
_a410 _ba958l |
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100 | _aRaúl Ávila | ||
245 | _aLa Lengua Y Los Hablantes | ||
250 | _a4 Edición | ||
260 |
_aMexico _bTrillas _c2007 |
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300 | _a190 p. | ||
505 | _a1. El signo y los signos 2. El signo lingüístico 3. Significado y contexto 4. Las lenguas y su organización 5. Lengua y habla 6. La comunicación lingüística y sus funciones 7. La situación comunicativa 8. El idioma español y sus modalidades 9. Los fonemas 10. Los medios de comunicación masiva y el español internacional | ||
520 | _a La Lengua y los Hablantes; Raúl Ávila 1.- EL SIGNO Y LOS SIGNOS. Cuando tomamos un objeto como representante de otro hecho distinto del objeto mismo, estamos considerándolo como signo. Un signo es, pues, un hecho perceptible que nos da información sobre algo distinto del mismo. Por ejemplo, el que una persona traiga lentes, significa que no ve bien ya sea de lejos o de cerca, es decir, nos está dando una información. Otro ejemplo de un signo son las palabras que utilizamos al hablar y al escribir; así como cuando levantamos el dedo pulgar hacia arriba haciendo un puño, que puede significar buena suerte o que algo está bien. En los signos secundarios, la finalidad de comunicar algo más allá del objeto mismo no es la función primaria: por ejemplo, cuando nos vestimos o lo que comemos. En cambio, los signos primarios, su única función es la de comunicar: se producen voluntariamente para establecer la comunicación, por ejemplo, cuando movemos la mano abierta de un lado a otro (saludar o despedir) uno lo hace para poder comunicar ya sea una bienvenida o una despedida. En los signos secundarios, es involuntaria. Hay otra diferencia entre estos dos tipos de signos. En los primarios, el receptor sabe que el emisor desea establecer la comunicación, conoce su intención comunicativa. En cambio en los secundarios, el receptor no percibe necesariamente la intención comunicativa del emisor. La semiología se ocupa del estudio de los signos producidos por el hombre. En este sentido caben todos los signos de los que hemos hablado antes, sin embargo hay dos planteamientos del campo semiológico. El extenso; que abarca tanto los signos primarios como los secundarios, y el limitado, que incluye únicamente el estudio de los signos primarios. A la primera se le ha llamado semiología de la significación, y a la segunda semiología de la comunicación. Dada la complejidad y riqueza de la lengua, y dadas sus características distintivas, hay una disciplina que, dentro de la semiología, se ocupa de su estudio: la lingüística. Entre la lengua y otras formas no lingüísticas de comunicación, existen varias diferencias. De todas ellas, la que se considera fundamental es la que la lengua esta doblemente articulada; es decir, la primera está formada por los signos en la cadena hablada; y la segunda, por los fonemas, elementos sin significado que se articulan entre sí para formar signos. Por ejemplo, para preguntar a alguien cual es la hora, hacemos un movimiento con el dedo en el otro brazo al área de la muñeca, este signo tipo mímico no se puede segmentar en dos articulaciones, sólo tiene una, la primera. En cambio, la expresión lingüística correspondiente puede dividirse en signos por ejemplo en palabras que forman la primera articulación: Cual + es + la + hora | ||
653 |
_aSigno y los signos _aLos fonemas _aLengua y habla |
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866 | _a5 | ||
942 | _cBK |