000 02517nam a22001577a 4500
999 _c2132
_d2132
020 _a92-75-31564-7
082 _a616.901
_bB457c
100 _a Abram S. Benenson
245 _a El Control de las Enfermedades Transmisibles en el Hombre
250 _a16 Edición
260 _aWashington
_bO. P. S
_c1992
300 _a618 p.
520 _aLa 16.” edición de «Control of communicable diseases manual -CCDM-», informe oficial de la Asociación Estadounidense de Salud, fue publicada en inglés a finales de 1995, mientras que la publicación de la versión en castellano realizada por la Organización Panamericana de la Salud, -OPS-, llega a nuestras manos en 1997. En el prólogo a esta última edición, el editor, Abram S. Benenson, responsable de las seis últimas ediciones de la obra a lo largo de 28 años, señala los cambios más significativos: en el título para evitar un sesgo de género ~1 término «en el hombre» de anteriores ediciones se ha cambiado por «manual» para que persistan las siglas del título en inglés CCDM-, y la realización por primera vez de una versión electrónica del texto (CD-ROM). Junto a estos cambios se recalca el objetivo básico del manual, que permanece inmutable, y que se concreta en proporcionar a los profesionales de salud pública una información concisa sobre la manera de identificar y tratar con mayor eficacia las enfermedades transmisibles. El propósito de la vigilancia epidemiológica, de forma casi exclusiva, es proporcionar una información que sirva para facilitar el control de las enfermedades. Por esta razón, el manual, que tiene el mismo objetivo, ha sido y sigue siendo imprescindible para esa actividad. De hecho, me atrevería a decir que su lectura, no sólo ha informado, sino que ha formado a todos los profesionales de la vigilancia -debemos tener en cuenta que el manual tiene ya 78 años de vida-. Todos los problemas que se pueden plantear cuando se intenta diseñar el sistema de vigilancia de una enfermedad, o cuando se pretenden establecer unas medidas justificadas de control, encuentran respuesta a lo largo de las más de 500 páginas del texto. La presentación de forma uniforme de los capítulos, con referencia a las distintas enfermedades, hace fácil e instructiva la consulta, tanto para el profesional de la vigilancia como para el clínico que es la persona que debe reconocer la enfermedad y aplicar correctamente las medidas de control adecuadas.
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