Instituto Universitario de la Paz- UNIPAZ

Vista normal Vista MARC Vista ISBD

Mujeres Y Guerra: Victimas Y Resistentes En El Caribe Colombiano

Por: Camila Medina.
Tipo de material: materialTypeLabelLibroEditor: Colombia Taurus Pensamiento 2011Edición: 1 Edición.Descripción: 406 p.ISBN: 978-958-758-344-1.Materia(s): Mujeres Guerra JusticiaClasificación CDD: 362.88
Contenidos:
Prólogo..........................................................................................17 Introducción ............................................................................... 23 Capítulo I. La “Ruta del Terror” en la región Caribe....... 29 1. La trayectoria de formación de las AUC y la “Ruta del Terror” ............................................................ 30 2. El papel de las mujeres en las redes paramilitares ............. 36 3. El sello de género de los repertorios de terror y violencia de las ACCU........................................................ 44 Conclusión................................................................................. 52 Capítulo II. La otra violencia: control paramilitar y vida cotidiana en Rincón del Mar y Libertad. ..................57 1. Los casos.................................................................................61 1.1. El reinado de belleza en Libertad, 2003.........................61 1.2. Pelea de boxeo de homosexuales y mujeres, Alto de Julio, 2003........................................................................ 67 1.3. Testimonio del caso de mujeres rapadas, Rincón del Mar, 2004...................................................... 69 14 2. Contexto ................................................................................ 71 2.1. Actores y dinámicas del conflicto en Montes de María ...75 3. Repertorios de regulación de la vida cotidiana .................. 78 3.1. Nombrar para dominar: ‘camino recto’ y subjetividades ignominiosas .........................................81 3.2. Espacio: las huellas del dominio paramilitar................ 87 3.3. Control paramilitar de las prácticas sociales ...............103 3.4. El cuerpo y la penalidad............................................... 136 4. Resistencias: de la cotidianidad a la vía armada................171 4.1. La resistencia individual ................................................173 4.2. La resistencia desde la religiosidad y el acervo cultural afrodescendiente..............................................183 4.3. Resistencia tácita: arte, educación y cultura para la transformación. .................................................187 4.4. Resistencia colectiva, pública y armada: el caso de Libertad.................................................................... 190 Conclusión................................................................................197 Capítulo III. El significado de la violación sexual en las guerras del Magdalena: ¿por qué importa el contexto?.... 207 1. La ruta conceptual y metodológica.....................................212 1.1. De la violación como evento ineludible en la guerra a la violación como acto inscrito en contextos desencadenantes ...........................................................212 1.2. La distinción entre violencia sexual y violación sexual.......214 1.3. Violaciones sexuales estratégicas y ocurridas en eventos estratégicos...................................................216 1.4. Las violaciones oportunistas..........................................219 1.5. El perfil de las víctimas................................................. 220 1.6. La modalidad: las violaciones feroces.......................... 222 2. Violaciones sexuales estratégicas o acontecidas en eventos estratégicos........................................................223 2.1. El Magdalena: un departamento codiciado por todos los actores...............................................................224 2.2. De grupos locales a actores regionales de seguridad (1970-1990).................................................................... 229 15 2.3. La efímera tregua de 1990 y el ciclo de confrontaciones de 1991-1995 ...................................... 233 2.4. La entrada del Bloque Norte: de la represión al terror (1996-2001)......................................................243 2.5. Las negociaciones entre paramilitares y el gobierno Uribe: las transformaciones de la guerra en el Magdalena (2002-2005)................................................260 3. Las violaciones oportunistas .............................................. 271 4. Las violaciones imputadas y reconocidas por Hernán Giraldo, y sus repercusiones en las conductas sexuales de los hombres bajo su mando........................................... 282 4.1. Los hechos ..................................................................... 288 4.2. La Fiscalía: el caso del dominio de Hernán Giraldo desde una mirada judicial ............................................ 296 Conclusión............................................................................... 298 Capítulo IV. Las iniciativas de resistencia en el Caribe: “lo que empodera no es la guerra sino el apoyo de las otras mujeres”..................................................................................307 1. La génesis de las luchas por la paz, el derecho a la vida y los derechos humanos (1988-1997)..................................312 2. La degradación de la guerra y la resistencia por convicción: “Paradójico pero así es” (1997-2005) ..............318 2.1. ‘Bajar el perfil’ y cambiar la agenda .............................324 2.2. Antagonismos y disensos. Las mujeres ante la Ley de Justicia y Paz ............................................................. 326 2.3. Las dinámicas de polinización..................................... 329 2.4. Redes e instituciones paraguas .....................................331 3. A manera de balance: “El cambio es interno, en lo personal” ....................................................................335 Capítulo V. Los daños e impactos psicosociales de la violencia en las mujeres............................................... 343 1. La violencia oculta en la vida cotidiana: impactos y huellas....345 16 2. Los daños al proyecto de vida en el marco del conflicto armado........................................................... 355 3. Los daños morales .............................................................. 362 4. La impunidad, la continuidad de la violencia y la invalidación de la voz de las mujeres como causas de nuevos daños morales.................................................... 364 5. Los daños psicológicos........................................................ 367 Capítulo VI. Propuestas para una política integral de reparación para las mujeres..............................................375 1. Voz en cuanto a reparación integral...................................377 2. Voz y acceso a los procesos de justicia................................ 382 3. Voz de las mujeres en la construcción de la verdad.......... 385 4. Recomendaciones para la no repetición ........................... 387 Bibliografía general............................................................... 389
Resumen: La naturalización de las víctimas civiles dentro de la guerra encubrió durante mucho tiempo el carácter, la lógica y el impacto diferenciado de la violencia sobre las distintas poblaciones. Sólo de manera relativamente reciente, variables como la edad, la etnia y el género han sido tenidas en cuenta para comprender o atender la naturaleza y las consecuencias de las guerras. Incluso en las comisiones de verdad, que son los lugares por excelencia para establecer las múltiples formas de victimización y de sufrimiento de una sociedad, la violencia de género ha tenido un escaso lugar propio. Resulta desconcertante que sólo hasta las últimas dos o tres décadas se haya hecho un reconocimiento explícito de la violencia de género contra las mujeres, no obstante sus recurrentes y ostensibles manifestaciones en los conflictos modernos tanto en guerras interestatales como en guerras civiles. Esta invisibilización de la violencia de género tiene por lo menos dos anclajes reconocibles: un discurso de los derechos humanos de raíz universalizante que partiendo de la idea de igualdad formal suprime las reales diferencias sociales, y dos, la subvaloración o menosprecio, dentro del conjunto de las violencias que atraviesan las sociedades contemporáneas, de la violencia contra las mujeres en particular, y la gravedad de sus implicaciones. La ocurrencia de la violencia contra la mujer, ya sea en tiempos de paz o en tiempos de guerra, ha sido un asunto soslayado o en el mejor de los casos minimizado. En el marco de imaginarios de larga data sobre la condición de inferioridad de la mujer frente al hombre tienen lugar de manera continua abusos de diversa índole que en tiempos de conflicto armado se manifiestan de forma diferenciada según se trate de po- 18 blaciones indígenas, campesinas o afrodescendientes. En efecto, en el caso colombiano las discriminaciones de género sufridas por las mujeres tienden a ser más agudas en las zonas de disputa o control territorial, y resultan aún más ostensibles o apremiantes bajo el dominio de ciertos actores armados. De hecho, los paramilitares, como se documenta en este informe, han recurrido de forma extensiva a la discriminación sexual violenta contra mujeres y LGBTI dando lugar en sus zonas a un orden patriarcal y despótico que reviste muchos rostros. El ancestral derecho de pernada que se niega a desaparecer en zonas como el Magdalena de Hernán Giraldo es quizás la expresión más aberrante de este renovado atavismo. La violencia sexual, entendida como una de las modalidades de la violencia de género, es empleada contra hombres, mujeres y población LGBTI, pero tiene a las mujeres como víctimas preferentes de los actores armados. Como señala la Comisión de la Verdad para el caso guatemalteco, y podría ser extensivo para nuestro caso, “en el interminable listado de vejaciones, humillaciones y torturas que las mujeres padecieron, la violencia sexual ocupa un lugar destacado, por ser uno de los hechos crueles más frecuentes, y que reúne unos significados más complejos en cuanto a lo que representa de demostración de poder para el victimario y de abuso y humillación para quien la sufre”1 . El empleo de la palabra deshonrar para referirse a las violaciones sexuales contra las mujeres es sintomático, no obstante, de una mirada social sobre este crimen que, antes que repudiar al victimario, despoja a la víctima de su reputación y prestigio. La denuncia del acto en el que ha sido violentada la mujer es omitida a menudo por el estigma que recaería sobre sus allegados, cuando no por la amenaza a sus vidas o a su integridad personal por parte de los actores armados. En este escenario no resulta extraño el dramáticamente bajo nivel de denuncia en el país, el cual se estima alcanza sólo un 5%2 . 1 Informe Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica, Guatemala: Nunca Más. Guatemala, 1998, tomo 1. p. 210. 2 Restrepo, Jorge y Aponte, David (Eds.) (2009), Guerras y violencias en Colombia. Herramientas e interpretaciones, Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, CERAC, ODECOFI. Mujeres y guerra - Víctimas y resistentes en el Caribe colombiano 19 Como se documenta en este trabajo, que se concentró en la región Caribe colombiana, la violencia sexual contra las mujeres, además del acceso carnal violento, se ejerció, entre otras formas, mediante la desnudez forzada, la tortura sexual, el establecimiento y exigencia de pautas de relación entre hombres y mujeres en el ámbito afectivo y sexual, y la esclavitud sexual y doméstica. Es posible afirmar que hay en este tipo de manifestaciones una direccionalidad de género, es decir, la violencia infligida contra las mujeres en gran medida estuvo asociada a la transgresión de los arreglos de género o definiciones de hombre y mujer, que tuvieron gran centralidad en el proyecto de orden paramilitar en el norte de Colombia. Acciones adicionales que apuntaban a la consolidación de ese orden paramilitar eran el asesinato selectivo de mujeres líderes o contestatarias, las restricciones a la movilidad y a la sociabilidad, y el confinamiento de muchas de sus actividades en el ámbito privado. Decir que se trata de un orden paramilitar es afirmar la existencia de estrategias, métodos y objetivos sistemáticos y articulados. Fue este carácter estructurado de la violencia sexual en el marco del conflicto armado el que llevó a la Corte Constitucional a expedir el auto 092 de 2008, que definió los patrones futuros de investigación de la violencia contra las mujeres. Nota de existencias: 1
Etiquetas de esta biblioteca: No hay etiquetas de esta biblioteca para este título. Ingresar para agregar etiquetas.
    valoración media: 0.0 (0 votos)
Ubicación actual Biblioteca de origen Signatura Estado Fecha de vencimiento Código de barras Reserva de ejemplares
Biblioteca Unipaz

Centro de Investigaciones Santa Lucia

Biblioteca Unipaz

Centro de Investigaciones Santa Lucia

362.88 m491m (Navegar estantería) Disponible 9789587583441
Reservas Totales: 0

Prólogo..........................................................................................17
Introducción ............................................................................... 23
Capítulo I. La “Ruta del Terror” en la región Caribe....... 29
1. La trayectoria de formación de las AUC
y la “Ruta del Terror” ............................................................ 30
2. El papel de las mujeres en las redes paramilitares ............. 36
3. El sello de género de los repertorios de terror
y violencia de las ACCU........................................................ 44
Conclusión................................................................................. 52
Capítulo II. La otra violencia: control paramilitar
y vida cotidiana en Rincón del Mar y Libertad. ..................57
1. Los casos.................................................................................61
1.1. El reinado de belleza en Libertad, 2003.........................61
1.2. Pelea de boxeo de homosexuales y mujeres, Alto de
Julio, 2003........................................................................ 67
1.3. Testimonio del caso de mujeres rapadas,
Rincón del Mar, 2004...................................................... 69
14
2. Contexto ................................................................................ 71
2.1. Actores y dinámicas del conflicto en Montes de María ...75
3. Repertorios de regulación de la vida cotidiana .................. 78
3.1. Nombrar para dominar: ‘camino recto’
y subjetividades ignominiosas .........................................81
3.2. Espacio: las huellas del dominio paramilitar................ 87
3.3. Control paramilitar de las prácticas sociales ...............103
3.4. El cuerpo y la penalidad............................................... 136
4. Resistencias: de la cotidianidad a la vía armada................171
4.1. La resistencia individual ................................................173
4.2. La resistencia desde la religiosidad y el acervo
cultural afrodescendiente..............................................183
4.3. Resistencia tácita: arte, educación y cultura
para la transformación. .................................................187
4.4. Resistencia colectiva, pública y armada: el caso
de Libertad.................................................................... 190
Conclusión................................................................................197
Capítulo III. El significado de la violación sexual en las
guerras del Magdalena: ¿por qué importa el contexto?.... 207
1. La ruta conceptual y metodológica.....................................212
1.1. De la violación como evento ineludible en la guerra
a la violación como acto inscrito en contextos
desencadenantes ...........................................................212
1.2. La distinción entre violencia sexual y violación sexual.......214
1.3. Violaciones sexuales estratégicas y ocurridas
en eventos estratégicos...................................................216
1.4. Las violaciones oportunistas..........................................219
1.5. El perfil de las víctimas................................................. 220
1.6. La modalidad: las violaciones feroces.......................... 222
2. Violaciones sexuales estratégicas o acontecidas
en eventos estratégicos........................................................223
2.1. El Magdalena: un departamento codiciado por
todos los actores...............................................................224
2.2. De grupos locales a actores regionales de seguridad
(1970-1990).................................................................... 229
15
2.3. La efímera tregua de 1990 y el ciclo de
confrontaciones de 1991-1995 ...................................... 233
2.4. La entrada del Bloque Norte: de la represión
al terror (1996-2001)......................................................243
2.5. Las negociaciones entre paramilitares y el gobierno
Uribe: las transformaciones de la guerra en el
Magdalena (2002-2005)................................................260
3. Las violaciones oportunistas .............................................. 271
4. Las violaciones imputadas y reconocidas por Hernán
Giraldo, y sus repercusiones en las conductas sexuales
de los hombres bajo su mando........................................... 282
4.1. Los hechos ..................................................................... 288
4.2. La Fiscalía: el caso del dominio de Hernán Giraldo
desde una mirada judicial ............................................ 296
Conclusión............................................................................... 298
Capítulo IV. Las iniciativas de resistencia en el Caribe:
“lo que empodera no es la guerra sino el apoyo de las
otras mujeres”..................................................................................307
1. La génesis de las luchas por la paz, el derecho a la vida
y los derechos humanos (1988-1997)..................................312
2. La degradación de la guerra y la resistencia por
convicción: “Paradójico pero así es” (1997-2005) ..............318
2.1. ‘Bajar el perfil’ y cambiar la agenda .............................324
2.2. Antagonismos y disensos. Las mujeres ante la Ley
de Justicia y Paz ............................................................. 326
2.3. Las dinámicas de polinización..................................... 329
2.4. Redes e instituciones paraguas .....................................331
3. A manera de balance: “El cambio es interno,
en lo personal” ....................................................................335
Capítulo V. Los daños e impactos psicosociales
de la violencia en las mujeres............................................... 343
1. La violencia oculta en la vida cotidiana: impactos y huellas....345
16
2. Los daños al proyecto de vida en el marco
del conflicto armado........................................................... 355
3. Los daños morales .............................................................. 362
4. La impunidad, la continuidad de la violencia y la
invalidación de la voz de las mujeres como causas
de nuevos daños morales.................................................... 364
5. Los daños psicológicos........................................................ 367
Capítulo VI. Propuestas para una política integral
de reparación para las mujeres..............................................375
1. Voz en cuanto a reparación integral...................................377
2. Voz y acceso a los procesos de justicia................................ 382
3. Voz de las mujeres en la construcción de la verdad.......... 385
4. Recomendaciones para la no repetición ........................... 387
Bibliografía general............................................................... 389

La naturalización de las víctimas civiles dentro de la guerra encubrió durante mucho tiempo el carácter, la lógica y el impacto diferenciado de la violencia sobre las distintas poblaciones. Sólo de manera
relativamente reciente, variables como la edad, la etnia y el género
han sido tenidas en cuenta para comprender o atender la naturaleza
y las consecuencias de las guerras. Incluso en las comisiones de verdad, que son los lugares por excelencia para establecer las múltiples
formas de victimización y de sufrimiento de una sociedad, la violencia
de género ha tenido un escaso lugar propio. Resulta desconcertante
que sólo hasta las últimas dos o tres décadas se haya hecho un reconocimiento explícito de la violencia de género contra las mujeres, no
obstante sus recurrentes y ostensibles manifestaciones en los conflictos modernos tanto en guerras interestatales como en guerras civiles.
Esta invisibilización de la violencia de género tiene por lo menos dos anclajes reconocibles: un discurso de los derechos humanos
de raíz universalizante que partiendo de la idea de igualdad formal
suprime las reales diferencias sociales, y dos, la subvaloración o menosprecio, dentro del conjunto de las violencias que atraviesan las
sociedades contemporáneas, de la violencia contra las mujeres en
particular, y la gravedad de sus implicaciones. La ocurrencia de la
violencia contra la mujer, ya sea en tiempos de paz o en tiempos de
guerra, ha sido un asunto soslayado o en el mejor de los casos minimizado. En el marco de imaginarios de larga data sobre la condición
de inferioridad de la mujer frente al hombre tienen lugar de manera continua abusos de diversa índole que en tiempos de conflicto
armado se manifiestan de forma diferenciada según se trate de po-
18
blaciones indígenas, campesinas o afrodescendientes. En efecto, en
el caso colombiano las discriminaciones de género sufridas por las
mujeres tienden a ser más agudas en las zonas de disputa o control
territorial, y resultan aún más ostensibles o apremiantes bajo el dominio de ciertos actores armados. De hecho, los paramilitares, como
se documenta en este informe, han recurrido de forma extensiva
a la discriminación sexual violenta contra mujeres y LGBTI dando
lugar en sus zonas a un orden patriarcal y despótico que reviste muchos rostros. El ancestral derecho de pernada que se niega a desaparecer en zonas como el Magdalena de Hernán Giraldo es quizás la
expresión más aberrante de este renovado atavismo.
La violencia sexual, entendida como una de las modalidades
de la violencia de género, es empleada contra hombres, mujeres
y población LGBTI, pero tiene a las mujeres como víctimas preferentes de los actores armados. Como señala la Comisión de la Verdad para el caso guatemalteco, y podría ser extensivo para nuestro
caso, “en el interminable listado de vejaciones, humillaciones y
torturas que las mujeres padecieron, la violencia sexual ocupa un
lugar destacado, por ser uno de los hechos crueles más frecuentes, y que reúne unos significados más complejos en cuanto a lo
que representa de demostración de poder para el victimario y de
abuso y humillación para quien la sufre”1
. El empleo de la palabra
deshonrar para referirse a las violaciones sexuales contra las mujeres es sintomático, no obstante, de una mirada social sobre este
crimen que, antes que repudiar al victimario, despoja a la víctima
de su reputación y prestigio. La denuncia del acto en el que ha
sido violentada la mujer es omitida a menudo por el estigma que
recaería sobre sus allegados, cuando no por la amenaza a sus vidas
o a su integridad personal por parte de los actores armados. En
este escenario no resulta extraño el dramáticamente bajo nivel de
denuncia en el país, el cual se estima alcanza sólo un 5%2
.
1 Informe Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica, Guatemala: Nunca Más. Guatemala, 1998, tomo 1. p. 210. 2 Restrepo, Jorge y Aponte, David (Eds.) (2009), Guerras y violencias en Colombia. Herramientas e interpretaciones, Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, CERAC, ODECOFI.
Mujeres y guerra - Víctimas y resistentes en el Caribe colombiano
19
Como se documenta en este trabajo, que se concentró en la
región Caribe colombiana, la violencia sexual contra las mujeres,
además del acceso carnal violento, se ejerció, entre otras formas,
mediante la desnudez forzada, la tortura sexual, el establecimiento
y exigencia de pautas de relación entre hombres y mujeres en el
ámbito afectivo y sexual, y la esclavitud sexual y doméstica. Es posible afirmar que hay en este tipo de manifestaciones una direccionalidad de género, es decir, la violencia infligida contra las mujeres
en gran medida estuvo asociada a la transgresión de los arreglos de
género o definiciones de hombre y mujer, que tuvieron gran centralidad en el proyecto de orden paramilitar en el norte de Colombia. Acciones adicionales que apuntaban a la consolidación de ese
orden paramilitar eran el asesinato selectivo de mujeres líderes o
contestatarias, las restricciones a la movilidad y a la sociabilidad, y el
confinamiento de muchas de sus actividades en el ámbito privado.
Decir que se trata de un orden paramilitar es afirmar la existencia de estrategias, métodos y objetivos sistemáticos y articulados.
Fue este carácter estructurado de la violencia sexual en el marco
del conflicto armado el que llevó a la Corte Constitucional a expedir el auto 092 de 2008, que definió los patrones futuros de
investigación de la violencia contra las mujeres.

No hay comentarios para este ítem.

Ingresar a su cuenta para colocar un comentario.

Haga clic en una imagen para verla en el visor de imágenes

Open Library:
Instituto Universitario de la Paz
Centro de Investigación Santa Lucia
Km 14 Via a Bucaramanga - Barrancabermeja - Santander