La quinta locura es un ensayo en tono jocoso que hace un repaso por las grandes batallas que ha sufrido el continente americano, particularmente Colombia, para culminar con una propuesta de abandono de las armas y la violencia por la acogida del humor, la poesía y la ternura como una forma de transformar el domino belicoso del país. El ensayo es también una muestra de la riqueza cultural de Bucaramanga, aspecto que se refleja en la descripción de costumbres autóctonas. Escrita con un lenguaje coloquial y didáctico que apela a toda clase de modismos de la región de Bucaramanga, el autor hace un manifiesto anti-belicista. El ensayo plantea que desde el siglo XV la vía armada ha sido la culpable de cientos de muertes, desplazamientos y destrucción ambiental que han convertido la historia del país en una historia de las armas, de la guerra. De esto dan cuenta los procesos de conquista, colonia, las luchas independentistas y la guerra de los mil días, entre otras, cuyo único vehículo ha sido la pólvora y cuyo mayor logro ha sido la destrucción de la vida. Para acabar con este sino, el autor propone ""la quinta locura"", evento a desarrollarse durante el siglo XXI en el cual no tienen cabida las armas ni la violencia. La quinta locura es descrita por el autor como una ""extraña nave"" cuya tripulación estaría compuesta por mujeres y niños encargados de ""doblar fusiles"" y transformar la guerra en un acto de ternura y alegría.