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Constitución De La República De Cuba

Por: Fidel Castro.
Tipo de material: materialTypeLabelLibroEditor: Cuba Editora Política 1992Edición: 1 Edición.Descripción: 59 p.ISBN: 959-01-0054-6.Materia(s): Constitución ArticulosClasificación CDD: 342.01
Contenidos:
CAPÍTULO I FUNDAMENTOS POLÍTICOS, SOCIALES Y ECONÓMICOS DEL ESTADO CAPÍTULO II CIUDADANÍA CAPÍTULO III EXTRANJERIA CAPÍTULO IV FAMILIA CAPÍTULO V EDUCACIÓN Y CULTURA CAPÍTULO VI IGUALDAD CAPÍTULO VII DERECHOS, DEBERES Y GARANTÍAS FUNDAMENTALES CAPÍTULO VIII ESTADO DE EMERGENCIA CAPÍTULO IX PRINCIPIOS DE ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DE LOS ÓRGANOS ESTATALES CAPÍTULO X ÓRGANOS SUPERIORES DEL PODER POPULAR CAPÍTULO XI LA DIVISIÓN POLITICO-ADMINISTRATIVA
Resumen: Constitución de la República de Cuba, 1992 (Esta Constitución proclamada el 24 de febrero de 1976, contiene las reformas aprobadas por la Asamblea Nacional del Poder Popular en el XI Período Ordinario de Sesiones de la III Legislatura celebrada los días 10, 11 y 12 de julio de 1992) NUESTRAS REFORMAS RATIFICAN EL RUMBO DE NUESTRA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA Y SOCIALISTA Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta formula del amor triunfante: "Con todos, y para el bien de todos" JOSÉ MARTÍ, Liceo de Tampa, 26 de noviembre de 1891 Con las modificaciones introducidas por la Ley de Reforma Constitucional, aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular y publicada en la Gaceta Oficial de la República, ha comenzado a regir el nuevo texto constitucional que representa la norma jurídica suprema y mas importante de la sociedad. Granma publica hoy la Constitución de la República, tal cual quedó como texto único y oficial, luego de incorporarle las modificaciones acordadas, unánimemente, por nuestros diputados. Con ello pretendemos contribuir al conocimiento y estudio por todo nuestro pueblo, de la Ley Fundamental que, como fuente superior de Derecho, establece los Fundamentos políticos, sociales y económicos del Estado, los Derechos, deberes y garantías de los ciudadanos y las formas de creación, funciones y facultades de los órganos del poder y de la administración estatal tanto nacional como local. 2 Llegamos a este instante luego de un largo período de trabajo, análisis y consultas, que tuvo su origen en el proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, su punto máximo en el debate popular alrededor de los documentos del IV Congreso del Partido, y su momento culminante en las recientes sesiones de la Asamblea Nacional. Cada uno de los pasos dados, de las etapas transcurridas, constituyó fehaciente muestra de la libertad de expresión, de la pluralidad de ideas que reina en nuestro país de Partido único como fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, pues a pesar de toda la fuerte campaña de propaganda calumniosa antes, durante y después de la jornada parlamentaria (y que, de seguro, continuará), es incuestionable la amplitud de criterios vertidos, considerados e incluidos en el resultado final de las reformas constitucionales. Baste al respecto señalar como último episodio el de los propios debates en la Asamblea Nacional que, aún cuando los documentos presentados fueron discutidos en sendas reuniones del Buró Político y del Pleno del Comité Central del Partido, tanto las propuestas surgidas de esos órganos de dirección partidista como las contenidas en el proyecto de reformas, motivaron casi 300 intervenciones de diputados y se adoptaron no pocas modificaciones e inclusiones nuevas. Ahora bien, y nadie puede llamarse a engaño, los debates y como resultado de ellos las modificaciones incorporadas, no implican retrocesos en nuestros principios, ni asomo de vueltas al pasado, ni debilidad en nuestro ideario martiano y marxista-leninista. El saldo final consolida nuestros criterios de perfeccionamiento de la sociedad que construimos adecuándolos a la realidad el mundo en que vivimos, reafirma conceptos y aspiraciones, enmarca -desde su propio primer Artículo- los preceptos inalterables de como concebimos nuestro Estado: "Cuba es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos como república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar colectivo e individual y la solidaridad humana". 3 Tampoco debemos equivocarnos nosotros imaginando siquiera que las reformas constitucionales que acabamos de adoptar producirán la mas mínima reacción favorable en los círculos de poder o en la prensa anticuabais, que nos someten falazmente a bloqueos, injurias y criticas, o a los que los secundan en uno otro sentido, o a los que no cesan de aconsejarnos "aperturas" y "concesiones".. porque estos cambios -y parece que nunca acabaran de entenderlo- no son para satisfacer reclamos o presiones externas, ni mucho menos las contadas internas de algunos elementos trasnochados que olvidando hasta a Martí, quien llamo a levantar "un amor inextinguible por la patria sin la que ningún hombre vive feliz, ni el bueno ni el malo", hacen idéntico juego a las campañas de nuestros enemigos. Nuestras reformas son, en primerísimo lugar, eso, nuestras, para satisfacer reclamos e intereses de nuestro pueblo y, por tanto, ratifican el rumbo de nuestro proyecto revolucionario y socialista; actualizan lo que a 16 años de la vigencia del texto constitucional de base -por cierto y vale recordar que aprobara casi el 96% de los ciudadanos con derecho al voto- resultaba necesario de acuerdo con la situación nacional de internacional actual; y dan respuesta a los acuerdos y resoluciones del IV Congreso del Partido, así como al debate popular de su Llamamiento, no solo en lo referido al funcionamiento del Poder Popular, sino a decisiones sobre el desarrollo económico del país, a su política exterior, entre otras. Se trata -y esto ha sido reiterado- de los cambios indispensables para cumplir esos objetivos y no de "cambios cosméticos", frase acuñada por la propaganda enemiga. Bastaría una simple ojeada con un verdadero espíritu crítico, en el sentido analítico de la palabra, a algunos de los Artículos modificados para darse cuenta, desde los que son relativos a las regulaciones sobre el voto directo y secreto para elegir diputados y delegados a las Asambleas Provinciales, y los que de acuerdo con los intereses del país flexibilizan el carácter de la propiedad sobre medios de producción o la dirección y el control del comercio exterior - encaminados a dar garantías a la inversión extranjera y a la operación de empresas mixtas, sociedades y asociaciones-, hasta los que norman la libertad religiosa y proscriben y sancionan todo el genero de discriminación por creencias religiosas, o definen el Estado de emergencia y la forma de decretarlo. 4 Nuestro pueblo conoce el significado de estas reformas y es parte de ellas porque ha participado de una forma u otra en su proceso de elaboración, bien directamente en las miles de asambleas donde surgieron opiniones sobre el tema, o a través de sus representantes, delegados y diputados, o de quienes eligió o dio su aprobación como delegados al IV Congreso. Por eso no le es ajena la esencia de los cambios. Por eso no nos sorprende el poco efecto que surten en su seno los comentarios soeces que al respecto difunde habitualmente la radio enemiga, cuyos autores tan alejados de nuestra realidad pretenden confundir a quienes la vivimos. Hemos demostrado que nuestro sistema político marcha, dijo Fidel al termino de la reciente Asamblea Nacional. Es el mas democrático del mundo y ahora lo vamos a someter a nuevas pruebas.. Vamos a demostrar como se puede hacer Revolución con principios democráticos, como se puede practicar la democracia con un Partido, y lo vamos a hacer en las condiciones mas difícilesNota de existencias: 1
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CAPÍTULO I
FUNDAMENTOS POLÍTICOS, SOCIALES Y ECONÓMICOS DEL
ESTADO
CAPÍTULO II
CIUDADANÍA
CAPÍTULO III
EXTRANJERIA
CAPÍTULO IV
FAMILIA
CAPÍTULO V
EDUCACIÓN Y CULTURA
CAPÍTULO VI
IGUALDAD
CAPÍTULO VII
DERECHOS, DEBERES Y GARANTÍAS FUNDAMENTALES
CAPÍTULO VIII
ESTADO DE EMERGENCIA
CAPÍTULO IX
PRINCIPIOS DE ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DE LOS
ÓRGANOS ESTATALES
CAPÍTULO X
ÓRGANOS SUPERIORES DEL PODER POPULAR
CAPÍTULO XI
LA DIVISIÓN POLITICO-ADMINISTRATIVA

Constitución de la República de Cuba, 1992
(Esta Constitución proclamada el 24 de febrero de 1976, contiene las reformas aprobadas por la
Asamblea Nacional del Poder Popular en el XI Período Ordinario de Sesiones de la III Legislatura
celebrada los días 10, 11 y 12 de julio de 1992)
NUESTRAS REFORMAS RATIFICAN EL RUMBO DE
NUESTRA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA Y SOCIALISTA
Y pongamos alrededor de la estrella,
en la bandera nueva, esta formula del amor triunfante:
"Con todos, y para el bien de todos"
JOSÉ MARTÍ, Liceo de Tampa, 26 de noviembre de 1891
Con las modificaciones introducidas por la Ley de Reforma Constitucional, aprobada por la
Asamblea Nacional del Poder Popular y publicada en la Gaceta Oficial de la República, ha
comenzado a regir el nuevo texto constitucional que representa la norma jurídica suprema y
mas importante de la sociedad.
Granma publica hoy la Constitución de la República, tal cual quedó como texto único y
oficial, luego de incorporarle las modificaciones acordadas, unánimemente, por nuestros
diputados.
Con ello pretendemos contribuir al conocimiento y estudio por todo nuestro pueblo, de la
Ley Fundamental que, como fuente superior de Derecho, establece los Fundamentos
políticos, sociales y económicos del Estado, los Derechos, deberes y garantías de los
ciudadanos y las formas de creación, funciones y facultades de los órganos del poder y de
la administración estatal tanto nacional como local.
2
Llegamos a este instante luego de un largo período de trabajo, análisis y consultas, que tuvo
su origen en el proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, su punto máximo
en el debate popular alrededor de los documentos del IV Congreso del Partido, y su
momento culminante en las recientes sesiones de la Asamblea Nacional.
Cada uno de los pasos dados, de las etapas transcurridas, constituyó fehaciente muestra de
la libertad de expresión, de la pluralidad de ideas que reina en nuestro país de Partido único
como fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, pues a pesar de toda la fuerte
campaña de propaganda calumniosa antes, durante y después de la jornada parlamentaria (y
que, de seguro, continuará), es incuestionable la amplitud de criterios vertidos,
considerados e incluidos en el resultado final de las reformas constitucionales.
Baste al respecto señalar como último episodio el de los propios debates en la Asamblea
Nacional que, aún cuando los documentos presentados fueron discutidos en sendas
reuniones del Buró Político y del Pleno del Comité Central del Partido, tanto las propuestas
surgidas de esos órganos de dirección partidista como las contenidas en el proyecto de
reformas, motivaron casi 300 intervenciones de diputados y se adoptaron no pocas
modificaciones e inclusiones nuevas.
Ahora bien, y nadie puede llamarse a engaño, los debates y como resultado de ellos las
modificaciones incorporadas, no implican retrocesos en nuestros principios, ni asomo de
vueltas al pasado, ni debilidad en nuestro ideario martiano y marxista-leninista. El saldo
final consolida nuestros criterios de perfeccionamiento de la sociedad que construimos
adecuándolos a la realidad el mundo en que vivimos, reafirma conceptos y aspiraciones,
enmarca -desde su propio primer Artículo- los preceptos inalterables de como concebimos
nuestro Estado:
"Cuba es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano,
organizado con todos y para el bien de todos como república unitaria y
democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el
bienestar colectivo e individual y la solidaridad humana".
3
Tampoco debemos equivocarnos nosotros imaginando siquiera que las reformas
constitucionales que acabamos de adoptar producirán la mas mínima reacción favorable en
los círculos de poder o en la prensa anticuabais, que nos someten falazmente a bloqueos,
injurias y criticas, o a los que los secundan en uno otro sentido, o a los que no cesan de
aconsejarnos "aperturas" y "concesiones".. porque estos cambios -y parece que nunca
acabaran de entenderlo- no son para satisfacer reclamos o presiones externas, ni mucho
menos las contadas internas de algunos elementos trasnochados que olvidando hasta a
Martí, quien llamo a levantar "un amor inextinguible por la patria sin la que ningún hombre
vive feliz, ni el bueno ni el malo", hacen idéntico juego a las campañas de nuestros
enemigos.
Nuestras reformas son, en primerísimo lugar, eso, nuestras, para satisfacer reclamos e
intereses de nuestro pueblo y, por tanto, ratifican el rumbo de nuestro proyecto
revolucionario y socialista; actualizan lo que a 16 años de la vigencia del texto
constitucional de base -por cierto y vale recordar que aprobara casi el 96% de los
ciudadanos con derecho al voto- resultaba necesario de acuerdo con la situación nacional de
internacional actual; y dan respuesta a los acuerdos y resoluciones del IV Congreso del
Partido, así como al debate popular de su Llamamiento, no solo en lo referido al
funcionamiento del Poder Popular, sino a decisiones sobre el desarrollo económico del país,
a su política exterior, entre otras.
Se trata -y esto ha sido reiterado- de los cambios indispensables para cumplir esos objetivos
y no de "cambios cosméticos", frase acuñada por la propaganda enemiga. Bastaría una
simple ojeada con un verdadero espíritu crítico, en el sentido analítico de la palabra, a
algunos de los Artículos modificados para darse cuenta, desde los que son relativos a las
regulaciones sobre el voto directo y secreto para elegir diputados y delegados a las
Asambleas Provinciales, y los que de acuerdo con los intereses del país flexibilizan el
carácter de la propiedad sobre medios de producción o la dirección y el control del
comercio exterior - encaminados a dar garantías a la inversión extranjera y a la operación
de empresas mixtas, sociedades y asociaciones-, hasta los que norman la libertad religiosa y
proscriben y sancionan todo el genero de discriminación por creencias religiosas, o definen
el Estado de emergencia y la forma de decretarlo.
4
Nuestro pueblo conoce el significado de estas reformas y es parte de ellas porque ha
participado de una forma u otra en su proceso de elaboración, bien directamente en las
miles de asambleas donde surgieron opiniones sobre el tema, o a través de sus
representantes, delegados y diputados, o de quienes eligió o dio su aprobación como
delegados al IV Congreso. Por eso no le es ajena la esencia de los cambios. Por eso no nos
sorprende el poco efecto que surten en su seno los comentarios soeces que al respecto
difunde habitualmente la radio enemiga, cuyos autores tan alejados de nuestra realidad
pretenden confundir a quienes la vivimos.
Hemos demostrado que nuestro sistema político marcha, dijo Fidel al termino de la reciente
Asamblea Nacional. Es el mas democrático del mundo y ahora lo vamos a someter a nuevas
pruebas.. Vamos a demostrar como se puede hacer Revolución con principios
democráticos, como se puede practicar la democracia con un Partido, y lo vamos a hacer en
las condiciones mas difíciles

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