Reconstruccion del caso de la masacre de la Rochela

Prologo 7
Introducción 9
Imágenes 11
CAPÍTULO I
El Sistema Interamericano de Protección de los
Derechos Humanos y la responsabilidad del Estado 19
1. Aspectos Generales del Sistema Interamericano de
Protección de los Derechos Humanos 20
2. Los Instrumentos Internacionales del Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos
Humanos 21
3. Los Órganos del Sistema Interamericano de
Derechos Humanos 22
4. Mecanismos de Protección en el SIDH 24
5. Responsabilidad internacional del Estado en el SIDH 29
6. El derecho a la reparación integral en el
Sistema Interamericano 32
CAPÍTULO II
La masacre de L Rochela: un atentado contra el
poder judicial 37
1. Hechos probados en la Sentencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos 39
2. Entorno geográfico y socioeconómico de La Rochela 44
CAPÍTULO III
Las voces de las víctimas y sus familiares 51
1. Consecuencias directas en la vida de las víctimas 52
2. Investigaciones y participación de las víctimas 56
3. Conocer la verdad, en las voces de las víctimas 59
4. El rol de los familiares en el proceso penal 61
5. Implicaciones económicas y sicológicas en la
unidad familiar 63
CAPÍTULO IV
La masacre de La Rochela ante instancias
internacionales 73
1. El Procedimiento del caso La Masacre La Rochela ante
el Sistema Interamericano de Derechos Humanos 74
CAPÍTULO V
Medidad de reparación para los familiares
de las víctimas 91
1. Medidas de reparación convenidas en el Acuerdo
homologado por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos 92
2. Medidas de reparación ordenadas en la sentencia
de la Corte IDH 94

Infortunadamente, durante la última mitad del siglo XX sucedieron una gran
cantidad de hechos repudiables en la historia de Colombia; uno de ellos es la masacre de doce miembros de una comisión del poder judicial en el municipio de
Simacota, Santander, el 18 de enero de 1989, conocida como La masacre de La
Rochela.
En las labores de defensa del Estado colombiano ante tribunales internacionales se ha constatado que en muchos episodios de la vida nacional no se cumplió
adecuadamente con las obligaciones de respeto y garantía de los derechos humanos, lo que ha hecho aconsejable adoptar el reconocimiento de su responsabilidad internacional en estas violaciones como una actitud ética ante las víctimas
y la nación. También como una muestra de responsabilidad ante los órganos y
nuestras obligaciones, así como de compromiso con los fundamentos de los derechos humanos. Como consecuencia de ello, hemos extraído lecciones y, con
la misma entereza con la que se han reconocido esas terribles equivocaciones, se
está trabajando para que las instituciones sean conscientes de sus responsabilidades y garanticen la protección a todas las personas sin distinción alguna.
Si bien la presente publicación, como parte de la reparación, no mitiga el dolor
de los familiares, la indignidad a que fueron sometidos, la soledad de los sobrevivientes, la falta del apoyo en los momentos difíciles, la ausencia del padre, hermano o hijo en las fechas especiales, el vacío, el desamparo y el miedo, estas sencillas
palabras deben servir a la reconstrucción de la memoria histórica, para que no se
olvide, nunca se repita y pueda conocerse toda o buena parte de la verdad.
Es innegable que se trató de una masacre abominable por el amedrentamiento
y agresión a quienes deseaban impartir justicia en la zona; dolorosa de recordar
por la negligencia y aún complicidad de algunos funcionarios del Estado encargados de proteger a quienes acudían ante el llamado de la población a que se hiciera
justicia; y de nefastas consecuencias porque su ocurrencia permitió la consolidación de los grupos de autodefensas en la región del Magdalena Medio. En efecto,
si a estos funcionarios se les hubiera protegido y permitido actuar debidamente,
es probable que otro curso hubiera tomado la historia.
Finalmente, un mensaje de solidaridad para todas las víctimas y los familiares de
La Rochela, pues el dolor que han vivido representa el sufrimiento de millones de
personas en Colombia, que en las últimas décadas, han padecido por el asesinato,
Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH
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el secuestro, la desaparición de sus seres queridos, el desplazamiento, el despojo,
la mutilación y el ataque indiscriminado contra la población civil. Ojalá nunca
nos sea indiferente el dolor de ninguna persona en Colombia, sea cual sea la agresión que sufra. Nuestro deseo es que esta masacre nunca hubiera sucedido, pero
eso es irremediable. Ahora el compromiso es trabajar con todas las energías para
que hechos como este, nunca más vuelvan a suceder.