Instituto Universitario de la Paz- UNIPAZ

Damián Pachón Soto

Estudios Sobre El Pensamiento Colombiano - 1 Edición - Colombia Ediciones desde abajo 2011 - 351 p. - Coleccion Bicentenario Volumen 1 .


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CONTENIDOPrólogo
.PRIMERA PARTEPROCESO HISTÓRICO DE LA FILOSOFÍA EN COLOMBIALa filosofía en La Colonia (1550-1760) Atisbos de Ilustración en la Nueva Granada (1760- 1811)La filosofía en el siglo XIX: entre tradición y modernidad.El romanticismo decimonónicoEl ostracismo filosófico durante la hegemonía conservadora (1886- 1930)Condiciones de posibilidad de la introducción de la filosofía moderna en ColombiaLa secularización del pensamiento.Hacia la normalización filosóficaNormalización filosófica en los años cuarenta.La filosofía y la coyuntura de medio siglo.El marxismo en la segunda mitad de sigloLa filosofía en las últimas décadas del siglo XX.El pensamiento por fuera de las facultades de filosofía.Balance y perspectivas de la filosofía en ColombiaSEGUNDA PARTE ALGUNOS FILÓSOFOS COLOMBIANOS DEL SIGLO XX Semblanza intelectual de Luís Eduardo Nieto ArtetaEl derecho y la realización de la persona en Rafael CarrilloDanilo Cruz Vélez y su puesto en la filosofía en Colombia.De Husserl a Heidegger. (Las lecturas de Daniel Herrera y Danilo Cruz Vélez)Estanislao Zuleta y la educación filosófica.Nicolás Gómez Dávila, un exiliado de la modernidad.La concepción de Hispanoamérica en Rafael Gutiérrez Girardot.Una mirada crítica al Vitalismo Cósmico de Darío Botero Uribe.Rubén Jaramillo Vélez y su aporte al proceso de normalización de la filosofía en Colombia.El grupo modernidad /colonialidad.Epílogo: El humanismo social de Eduardo Umaña Luna.

Libros como Estudios sobre el pensamiento colombiano
(volumen I), de Damián Pachón Soto, muestran
que es posible pensar la historia de la filosofía en
Colombia más allá del reiterativo comenzar desde cero y el superficial señalamiento del escaso desarrollo de esta disciplina por parte de las
generaciones anteriores. Salvo contadas excepciones –por ejemplo en los casos de Cayetano
Betancur, Jaime Jaramillo Uribe, Germán Marquínez Argote o Manuel Domínguez Miranda–,
la idea de una filosofía colombiana que comienza
con cada nueva ola de filósofos es un rasgo típico del quehacer de esta disciplina durante el siglo
xx. Específicamente, este rasgo es distintivo de
los pensadores que corrientemente se denominan
de “la normalización de la filosofía”, esa generación de filósofos que, desde los años cuarenta del
siglo xx (y seguramente desde antes), buscó estabilizar el ejercicio profesional de esta disciplina
académica, a partir, primero, de la importación de
temas, textos y modelos de trabajo comunes en
Europa (en especial de Alemania); segundo, de
1 Universidad Javeriana.
Correo electrónico: carloslopez@javeriana.edu.co
la lectura de los textos filosóficos en su idiomas
originales, y, por último, de la creación de instituciones adecuadas a las especificidades del oficio
(programas universitarios, eventos públicos, publicación de libros y revistas especializadas, entre
otras). Todas estas condiciones, una vez se cumplieran a cabalidad, pondrían a la actividad filosófica local al nivel de los centros de producción
filosófica con más reconocimiento internacional.
La primera de las dos partes de este libro elabora una narración de la historia del pensamiento
filosófico colombiano, desde los días de la Colonia hasta la fecha, siguiendo la clave de la historia de las ideas y su consabida preocupación
por las corrientes académicas, los autores y las
obras producidas en el marco de la nación. Dentro de los lineamientos más habituales, Pachón
Soto establece una periodización de cuatro grandes momentos: Colonia, Ilustración, siglo xix y
Modernidad, a estas le suma algunos puntos de
tránsito entre estos grandes momentos. Gracias
a esto pueden contarse quince etapas del pensamiento filosófico en Colombia.
Una de las novedades de esta periodización es su última etapa, “Balance y perspectivas de la filosofía en
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Colombia”. Aquí Pachón Soto señala, de un lado,
algunos factores limitantes del desarrollo de la filosofía en este país: el rumbo tomado por España
en los siglos xv y xvi, su “mentalidad medievaloide”, la falta de tradición para mirar críticamente el pasado y recibir lo proveniente de Europa, el
uso ideológico de la filosofía. De otro lado, muestra algunos obstáculos que aún deben enfrentarse: excesivo profesionalismo, vacío de tradición,
“fetichización del pensamiento europeo”, el papel marginal del filósofo en la sociedad, la falta
de una academia dinámica y en diálogo. En síntesis, este apartado hace un diagnóstico del estado y las posibilidades del ejercicio de la filosofía
en Colombia, presenta buena parte de la bibliografía reciente sobre el pensamiento filosófico nacional y muestra que el crecimiento de la oferta de
facultades de filosofía, además del aumento de las
publicaciones especializadas, son una prueba del
fortalecimiento de esta disciplina; la cual, sin embargo, aún no habría alcanzado un nivel óptimo.
La periodización del libro de Pachón Soto también
resulta novedosa por afirmar que de
normalización filosófica en Colombia solo es posible
hablar a partir de los años setenta. Si bien gran parte
de los maestros que se formaron en Alemania regresaron en los años sesenta, el fruto de sus enseñanzas, sus
incitaciones, sus primeros discípulos, etc., se da años
después (119).
Claro que esta afirmación no es una objeción a la
tesis corriente sobre la normalización en Colombia, solo es un desplazamiento de la misma periodización, en la cual la generación de los
treinta y cuarenta cumple el papel de fundadores (los de las últimas décadas del siglo xix para
el resto del continente). Para Pachón Soto, este
retraso se debió al periodo de La Violencia (que
él enmarca entre el año 1948, con la muerte de
Jorge Eliecer Gaitán, y 1953 con la posesión del
general Gustavo Rojas Pinilla como presidente no electo) y el Frente Nacional (1958-1974).
Estos dos procesos habrían frenado la modernización política, material y cultural de Colombia
y con ello obstaculizado la posibilidad de una
filosofía profesional, una filosofía moderna, la
cual, para Pachón Soto, fue posible en Europa
a partir del siglo xvii y en Colombia solo hasta
las postrimerías del siglo xx.
Al ubicar la normalización filosófica en la década
de los setenta del siglo xx y presentarla como
el desarrollo institucional y estable de corrientes filosóficas más allá de la fenomenología y el
marxismo (teoría crítica, teoría de la acción comunicativa, vitalismo cósmico, filosofía analítica,
filosofía latinoamericana, y los estudios poscoloniales), Pachón Soto convierte a la filosofía
latinoamericana en parte del resultado de la normalización filosófica (119-124). Esta tesis, sin
embargo, oculta el proceso que paulatinamente
silenció el proyecto de la filosofía latinoamericana en Colombia, silenciamiento que el mismo
Pachón Soto reconoce cuando afirma, a propósito de los obstáculos del desarrollo de la filosofía
en el presente, que en la formación no se
le deja tiempo al aprendiz de filosofía para que conozca el pensamiento latinoamericano y colombiano
y, mucho menos, algo de historia de su país. La prueba
de esto está en que las universidades (y no todas) tardaron en incluir una cátedra de pensamiento colombiano en sus programas de estudio (133-134).
Esta reinterpretación de la consolidación de la normalización logra incluir en la “historia oficial
de la filosofía en Colombia”, además de los latinoamericanistas, a los pensadores en los márgenes de las facultades de filosofía: los estudiosos
independientes de filosofía que, curiosamente,
son no solo los más prolíficos escritores, sino los
más reconocidos fuera de las instituciones académicas de filosofía consolidadas durante los tiempos de la normalización (Fernando González,
Nicolás Gómez Dávila y Estanislao Zuleta). Así,
Pachón Soto disminuye los efectos de exclusión
sufridos por estos pensadores (latinoamericanistas e “independientes”), pero al costo de subsumirlos en un proyecto historiográfico que, aún
con todas las novedades que pueden señalarse, el
autor del libro en cuestión sigue representando:
la historia de la filosofía planteada por los normalizadores. Esto ocurre porque el relato de Pachón Soto solo puede hacer el desplazamiento de
la lectura corriente de la normalización filosófica
en Colombia dentro de los márgenes fijados por
la normalización misma: el olvido del pasado filosófico colombiano y la comprensión de la filosofía como una actividad que tiene sus estándares
y máximos representantes en Europa.

9789588454306

La filosofía en la colonia-1550-1760. La secularización del pensamiento. La filosofía en las últimas décadas del siglo xx

986.1 / p116e
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